El aislamiento protector o inverso se aplica en aquellos pacientes neutropénicos, con el fin de protegerlos de infecciones. El paciente neutropénico es aquel que presenta unos niveles anormalmente bajos de glóbulos blancos (neutrófilos) en el organismo y por lo tanto, como los neutrófilos son la principal defensa del cuerpo contra las infecciones, estos pacientes son más vulnerables a ellas.
Algunos ejemplos pueden ser: pacientes transplantados de médula ósea o pacientes oncológios.
Además de las precauciones estándar, en estos casos se deberán de tener en cuenta los siguientes cuidados:
La indicación y la duración de estos tipos de aislamientos son determinados por el personal de medicina.
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