La vía subcutánea consiste en la administración de un fármaco en el tejido subcutáneo.
El objetivo de esta vía es aplicar fármacos con fines diagnósticos, preventivos o curativos; los cuales requieren una absorción lenta, sostenida y duradera, como las vacunas o la insulina.
Los fármacos administrados por esta vía deben tener una serie de características, deben ser isotónicos, no irritantes, no viscosos y solubles. La utilización de esta vía es menos dolorosa que la intradérmica y tiene un efecto general o sistémico.
Los lugares de administración de las inyecciones subcutáneas son:
La región abdominal, la cara anterior y lateral del muslo, la cara externa del brazo y la región escapular.
En cuanto a la técnica que debemos seguir:
- Incorporamos la jeringa a la aguja (con el bisel hacia arriba).
- Cogemos un pellizco de la zona donde vamos a realizar la punción con un ángulo de incidencia de 45º (90º en el caso de administrar heparina de bajo peso molecular).
- Aspiramos para comprobar que estamos en la zona correcta.
- Administramos el fármaco y retiramos la aguja.
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